Misioneras de la Providencia
LA FUNDACIÓN
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La Congregación MISIONERAS DE LA PROVIDENCIA surge en la Iglesia en pleno siglo XX, 2 de febrero del año 1953, siguiendo el mandato de Jesús: “Amaos los unos a los otros” (Jn. 15)
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Su Fundador, D. Joaquín Alonso Hernández, movido por su ardiente celo apostólico, en la década de los años 30 al 40 en España, se entrega en cuerpo y alma a la tarea formadora de la juventud salmantina, muy herida por la guerra civil española que acababa de finalizar y muy necesitada de formación, convencido de que los jóvenes son los futuros constructores del mundo y en sus manos está la sociedad del futuro.
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La educación integral, con fundamento auténticamente cristiano, no podía ser patrimonio solo de los que poseyesen bienes de fortuna, sino de todas las personas. Esta inquietud suya, llamada urgente de Dios, le llevó a fundar la Congregación MISIONERAS DE LA PROVIDENCIA, cuya finalidad principal era poner la educación cristiana al alcance de todas las clases sociales; ricos y pobres unidos por la misma dignidad: el ser personas, hijos de Dios, si bien la misión es más amplia, pues abarca la caridad universal y lleva como sello propio el mensaje de la confianza en Dios. De ahí su nombre: Misioneras de la Providencia.
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Después de unos años de discernimiento y experiencia, cuando D. Joaquín Alonso contaba ya con un grupo de jóvenes, decididas a comenzar esta aventura de la fundación de una Congregación, presentó las Constituciones al Sr. Obispo de la Diócesis de Salamanca, Fray Francisco Barbado Viejo, quien no sólo las aprobó, sino que vio en la naciente Institución una obra muy agradable a los ojos de Dios. Fue aprobada como Pía Unión el 2 de febrero de 1953.
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El 25 de octubre de 1983, después de recibir el Nihil Obstat de la Sagrada Congregación de Religiosos e Institutos Seculares, el Excmo. y Rvmo. Sr. Obispo de Salamanca, D. Mauro Rubio Repullés, la erige canónicamente en CONGREGACIÓN RELIGIOSA DE DERECHO DIOCESANO.