Misioneras de la Providencia

        …El verano está terminando. Ha sido un verano de continuos viajes preparando la nueva fundación, pues todo tenía que estar listo para el nuevo curso, que no tardando mucho iba a comenzar. La casa es maravillosa; es un edificio de cuatro plantas, por lo que las Hermanas podrán acoger a un buen número de chicas por su amplitud.

        Será destinada toda ella a Residencia de jóvenes y niñas de los pueblos que están estudiando en la ciudad. La situación es muy buena, bastante cerca de todos los centros  Educativos, Universidad e Institutos para comodidad de las estudiantes.

        Cuando la casa se encuentra arreglada y limpia, el 15 de septiembre de 1974 por la tarde, tiene lugar  la bendición de la Capilla. Desde este momento Cristo será el centro de la casa y será para las Misioneras la luz,  la fuerza y la alegría para saber cuidar, tratar y aconsejar a las niñas y jóvenes que han confiado en ellas.

        En este primer curso son muchas las jóvenes que solicitan plaza, multiplicándose en los sucesivos años. Las Hermanas conviven con ellas en un ambiente de familia, al mismo tiempo que las ayudan y forman humana y espiritualmente, inculcándoles la devoción a la Santísima Virgen, porque así lo quería nuestro Fundador.

        Durante varios años, también funcionó en la Casa un aula de Preescolar, dirigida por una de las Hermanas.  

Además del apostolado en la residencia con las jóvenes, las Hermanas extienden su labor pastoral a la Parroquia Ntra Sra. De Lourdes, participando en muchas de sus actividades, sobre todo en la Catequesis, por la importancia que la formación religiosa de niños y jóvenes tiene en una Parroquia y porque la evangelización es nuestra principal misión.

         Se forma el grupo de Cooperadores Misioneros…que colaboran activamente con las Hermanas, dando charlas a las jóvenes y niñas de la Residencia;  participan en convivencias y encuentros con Cooperadores de otras Casas y se unen a las Hermanas en ratos de oración, sobre todo los días 12 de cada mes para pedir por las vocaciones de la Congregación.   

         La residencia ha sido reconstruida recientemente. Se han renovado por completo los espacios para mejorar el ambiente y para que nuestras estudiantes se sientan cómodas en un entorno que potencia los factores que ayudan al estudio, la formación y el crecimiento personal.

Nuestro principal objetivo es el de crear una comunidad humana caracterizada por un ambiente familiar en el que prevalezca el diálogo y la libertad. Esto les ayudará a tomar posturas y decisiones responsables para crear una sociedad con valores, evitando una vida egoísta y cómoda, buscando el compañerismo entre todas y tratando de acoger y cumplir  las normas que siempre ayudan y favorecen la armonía y el buen ambiente.

         Actualmente seguimos apostando por el buen funcionamiento de la Residencia, valorando y cuidando a las personas que entran y están en nuestra casa, sobre todo con un trato personal alegre y cercano, y ayudándolas a descubrir el rostro de Dios Padre que nos quiere y nos cuida con un cariño inmenso, a pesar de nuestras debilidades y miserias, porque somos sus hijos.

Actualmente, las Hermanas que forman la Comunidad, continúan muy comprometidas con las actividades pastorales de la Parroquia.

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